TÉCNICAS DE MODIFICACIÓN Y/O INSTAURACIÓN DE CONDUCTAS

TÉCNICAS PARA ADQUIRIR O INCREMENTAR LA FRECUENCIA DE UNA CONDUCTA
Refuerzo positivo y/o apetitivo
El refuerzo positivo consiste en presentar una recompensa apetitiva inmediatamente después de la conducta que se desea conseguir, provocando, de esta forma que la posibilidad de que ocurra la conducta aumente (Martin y Pear, 2007). En este sentido, si en una situación determinada alguien hace algo seguidamente de un reforzador apetitivo es muy probable que repita la misma acción cuando se vuelva a enfrentar a una situación similar. Por tanto, el refuerzo positivo se utiliza para aumentar la frecuencia de una conducta deseada o también, para adquirir una habilidad nueva (Albert, 2007). La aplicación de un premio o recompensa agradable, contingente e inmediato a la conducta esperada puede ser material o social (Martin y Pear, 2007). En el contexto escolar, el reforzamiento apetitivo requiere de reforzadores sociales o de actividad con el fin de incrementar las tareas académicas, los repertorios lingüísticos y las relaciones interpersonales (La conducta problemática, s.f.).
Refuerzo negativo y/o aversivo
El refuerzo aversivo consiste en la desaparición de una cosa o hecho desagradable que precede a la respuesta que interesa obtener (Albert, 2007). En consecuencia, de dicha extracción se produce el aumento de la frecuencia de la conducta deseada (Porcel, 2010). Un ejemplo en el ámbito académico sería el eliminar el estímulo de llevarse los deberes a casa, algo poco deseable para los alumnos, para posibilitar así la aparición de la conducta relacionada con terminar la tarea en clase a tiempo.
Aproximaciones sucesivas o moldeado
Esta técnica consiste en reforzar las respuestas más similares a la conducta final esperada y en extinguir las que se van quedando más alejadas (Albert, 2007). Es decir, este procedimiento se utiliza para el desarrollo de una nueva conducta mediante el refuerzo sucesivo de aproximaciones a dicha conducta deseada y la extinción de esas mismas aproximaciones conforme se va modelando el comportamiento final esperado (Martin y Pear, 2007).
Modelado o imitación
Se trata de un procedimiento en el que se presenta un modelo de comportamiento determinado a fin de que los observadores realicen una conducta similar (Martin y Pear, 2007). Por consiguiente, consiste en ofrecer a un individuo la posibilidad de observar a otro sujeto significativo para él la conducta que se espera conseguir (Albert, 2007). Esta técnica se usa tanto para el desarrollo de nuevas conductas como para la eliminación de respuestas inadecuadas (Albert, 2007).
Encadenamiento
El encadenamiento consiste en recompensar al sujeto tras la realización de una serie de conductas conectadas unas con otras las cuales conforman una cadena comportamental (Albert, 2007). En esta cadena comportamental, cada conducta está condicionada por la respuesta previa y supone un estímulo discriminativo para la respuesta siguiente (Martin y Pear, 2007). Este desglose de la conducta en varios pasos, según Albert (2007), se utiliza para adquirir nuevas habilidades, así como, para mantener de forma natural las conductas que constituyen la cadena comportamental.
Economía de fichas
Se trata de un programa en el que los participantes que realizan determinados comportamientos adquieren una serie de fichas que posteriormente pueden canjear como reforzadores de apoyo (Martin y Pear, 2007). Esta técnica se utiliza para incrementar las conductas deseadas, utilizando para ello, por un lado, el refuerzo apetitivo mediante fichas o intercambios agradables cuando se producen conductas deseadas y, por otro lado, el castigo a través de la supresión de los privilegios cuando se emite una conducta no esperada (Gómez y Cuña, 2017).
TÉCNICAS PARA MANTENER UNA CONDUCTA
Refuerzo intermitente
El refuerzo intermitente hace referencia al mantenimiento de una conducta mediante un refuerzo eventual (Martin y Pear, 2007). Consiste, por tanto, en aplicar el reforzador de manera ocasional para que no se refuercen todas las respuestas del individuo, sino solamente algunas de ellas (Albert, 2007). Este tipo de programa se emplea cuando una conducta está adquirida o alcanza unos niveles plausibles y se pretende, por tanto, mantenerla y estabilizarla (Albert, 2007).
Encadenamiento
Se emplea la misma técnica que en la descrita en "Técnicas para adquirir o incrementar la frecuencia de una conducta".
TÉCNICAS PARA REDUCIR O ELIMINAR UNA CONDUCTA
Extinción
Esta técnica consiste en retirar la atención de una conducta indeseada (Gómez y Cuña, 2017). Dicho de otro modo, se suprime el reforzador o recompensa que genera el mal comportamiento (Albert, 2007). Vallés (1997), señala que además de ignorar la conducta anómala es conveniente prestar atención al resto de conductas deseadas para así aumentar la ocurrencia de estas últimas y, por ende, extinguir aquellas otras problemáticas.
Reforzamiento de conductas incompatibles
Se trata de un método complementario a la extinción de conductas no deseables, basado en la administración de recompensas de forma sistemática a aquellas conductas que son incompatibles con la que se quiere eliminar ignorando, por consiguiente, esta última (Albert, 2007).
Aislamiento o castigo negativo
La técnica del aislamiento consiste en retirar al sujeto, durante un corto periodo de tiempo, del lugar donde se está llevando a cabo la conducta que se desea eliminar (Gómez y Cuña, 2017).
Castigo
Se trata de un estímulo aversivo que aplicado inmediatamente después de una conducta anómala hace que se disminuya la frecuencia de la misma (Martin y Pear, 2007). Cabe señalar que el castigo es una medida efectiva porque reduce rápidamente la conducta indeseada, sin embargo, el efecto de la punición dura muy poco y no modifica la conducta problemática de forma permanente (Gómez y Cuña, 2017).
